La inclusión de las TIC en el proceso escolar ha generado un número grande de nuevas experiencias para muchos docentes y para muchas instituciones. Los docentes han tenido que hacer un esfuerzo grande para capacitarse e ingresar al mundo y a la lógica de las nuevas tecnologías, pensando que nuestros alumnos se mueven como peces en el aula (perdón, ¡en el agua!) con sus celulares, tablets o notebooks.
El proceso sigue en marcha y el sistema se va transformando de a poco.
Resistencias interna
Desde dentro del sistema educativo se pueden encontrar por los menos tres focos de resistencia a la transformación.
En primer lugar, la falta de infraestructura. Aunque no es fácil hacer modificaciones a escala regional o nacional, es cierto que la instalación de equipos y la puesta en funcionamiento de las redes es lenta. En escuelas de gestión estatal y pública se pueden encontrar los mismos problemas, aunque quizás por diferentes razones.
En segundo lugar, los cuerpos docentes tienen una inercia que no les permite aggiornarse a una velocidad significativa. En principio, es entendible porque lo que se necesita para este cambio es un revolución de paradigma (hubiera dicho el viejo Khun) en la educación porque las nuevas tecnologías están transformando la forma de percibir el mundo y aprehender el mundo.
Hay que agregar que en en América Latina, la capacitación corre, muchas veces por cuenta y cargo del docente, y sus tiempos libres.
En tercer y último lugar, estamos descubriendo que los famosos "nativos digitales" no lo son tal como nos lo habían contado.
Pero lo dicho hasta aquí pertenece al ámbito de los que somos actores del quehacer educativo, por lo menos, en lo institucional. Estos factores son pasibles de ser abordados por los educadores y los alumnos y es de esperar de que con el tiempo, podamos revisarlos.
Lo más preocupante es lo que viene de afuera.
Resistencias externas
El trabajo colaborativo es quizás una de las experiencias educativas que más se han enriquecido con la llegada de las TIC a la escuela. Algunas ideas que se desarrollaban en forma aisladas pudieron potenciarse para enriquecer el trabajo en el aula y potenciar lo valores individuales.
La diversidad puede ser puesta en juego y el aporte de cada uno desde sus capacidades y sus inclinaciones suman o multiplican para la construcción de un nuevo modelo escolar de diversidad e inclusión.
El cine sigue aportando modelos de competitividad. Las películas de Hollywood dirigidas a adolescentes tienen como punto principal de sus tramas, una competencia: De baile, de ciencia, de deporte, de teatro, de campamento, de salto de soga, etc. Ejemplos como éstos no suman. Es que se trata de la reproducción del modelo individualista capitalista en el que un hombre o mujer puede mediante la competencia puede lograr su identidad y su lugar en el mundo (mercado).
Son famosas las palabras de Bill Gates y sus 11 reglas para el éxito de los estudiantes. Al respecto de este tema
- Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.
- En la escuela pueden haber eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores porque ya no se pierden los años escolares y te dan oportunidades hasta que encuentres la respuesta correcta para que todo te sea más fácil, pero en la vida real eso no ocurre y no tiene ninguna semejanza, si te equivocas, te cuesta y sí pierdes.
La pregunta que debemos hacernos es si estamos haciendo bien en preparar a nuestros niños en un sistema inclusivo y de colaboración. Da la impresión de que los estamos formando en un mundo y un sistema que no existe y que, a la larga se los va a fagocitar y el desaliento terminará por dejar a muchos afuera, de todas maneras.
¿Es verdad que el mundo es todo competitivo? ¿Es verdad que no podemos ser tan idealistas de intentar formar para otro tipo de mundo?
La respuesta no es fácil porque es verdad que la realidad después de la escuela es que las personas no se encuentran en entornos amigables que le dan su tiempo y que respetan su forma de ser y sus capacidades propias. Tampoco hay tutores o consejeros de aula para darles una mano. Nuestro sistema es bastante cruel.
Pero, es en estos momentos de cambio en el paradigma cuando se produce la oportunidad de formar otro tipo de personas para otro tipo de mundo, que sea un poco más tolerante, cuando no inclusivo.
Los docentes debemos ejercer nuestro derecho de ser idealistas para por lo menos intentar. Por lo menos decir que tratamos, pero sin ser ingenuos, de dar herramientas para un desempeño cabal como ciudadanos, trabajadores, prójimos. Para reclamar una educación que no se ajuste solamente a los requerimientos del trabajo, sino de una vida integral.
Quiera Dios que encontremos el espacio para esta tarea.
Darío Acosta
6 comentarios:
Creo que cuando hablamos de trabajar colaborativamente estamos educando la participación, la solidaridad, la empatía y la tolerancia, y es en la escuela donde debemos desarrollarla . La futuras generaciones deberán armar un mundo menos egoista. Valorar los proyectos colaborativos debería ser para el docente "un himno" es de la única forma que la humanidad podrá cambiar muchas cosas. Siempre existirán intereses de mercado que se cruzarán en el camino pero la escuela, la formación debe educar y dar valor al trabajo en colaboración: COcrear para COnocer , COnstruir y aprender. Saludos. MB post.
Exelente artículo, yo los invito a leer el libro El mundo es Nuestra meta que confronta la realidad y a la teoría. Además me gustaría invitarlos a leer este excelente artículo. http://www.elmundoesnuestrameta.com/libro/?p=337
El trabajo colaborativo, el rol de grupo, el saber escuchar, sintetizar, responder, el saber desarrollar tareas secundarias que se ensamblen en una principal o saber desarrollar una tarea básica o liderar una serie de tareas. etc son cualidades también imprescindibles en el mundo capitalista. El aprendizaje seguro y confiado crea personas seguras y confiadas. El estres continuo y miedo al fracaso por mucho que ponga alerta acaba por explotar.. sin contar con los que se quedaron por el camino. En la competitividad nunca hay saciedad, y por tanto no hay meta ni felicidad. Lo siento no me convence. Encontraré el espacio para q mi hijo crezca de otra manera y no estará ningun dios ahí para ayudarme. Genial artículo, menos la última frase... Saludos.
Hola Hipócrates. Gracias por tu aporte. Es muy lindo lo que escribiste. ¿A qué te refieres con "Genial artículo, menos la última frase..."? ¿A cuál frase estás apuntando?
Saludos
El futuro de la humanidad no son los niños si no, nosotros. Bajo esa premisa, en la transformación de la convivencia que hacemos le reproducimos nuestra imagen de mundo, por lo tanto ¿De verdad consideras que seguir enseñando que la competitividad es el camino? La competencia niega al ser humano porque siempre habrá perdedores. Veo el futuro como un proceso donde se vaya valorando de a poco la colaboración, hasta que nuesta amplitud de conciencia y pertenencia nos permita darnos cuenta que lo que hace uno afecta inexorablemente a un otro
Hola Pablo. Gracias por tu comentario. Pero no entiendo mucho tu cuestionamiento. El artículo habla exactamente de torcer el camino tradicional hacia una mentalidad colaborativa. Coincido con tus palabras en que espero que se vaya valorando la colaboración que es lo que nos hará crecer comunitariamente. Saludos
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